Te escondes sagazmente. Nunca se sabe donde Kab-Rón, el dios de las tiendas de todo a cien, tenga a sus súbditos. Una vez te contaron que a tu primo le tentaron con una chochona pequeña de 300 pts.

Sigues el camino y llegas a las faldas de la montaña donde te espera Kapul-Lo, desde aquí puedes escuchar sus gritos endemoniados al son de Tamara... "no cambie, no cambie, no cambieeeeee"

Ir hacia arriba...
Ir hacia abajo...
No ir...